El peronismo, como buen hijo de nuestro pais, está lleno de contradicciones y es un lindo, pero terrible desafío, conducirlo medianamente bien y hacerlo al mismo tiempo, junto a los destinos de la Patria. Aunque considerando toda esa cantidad de variables, es casi un milagro hacer ambas cosas.
Por eso, quiero a Cristina, porque no sólo conduce al peronismo sino que guía al país hacia su estrella de grandeza como lo hicieron a su tiempo Perón, Evita y Néstor. ¡Volvé, Cristina!