Un amigo desconocido vino y se fue, está galopando río arriba, contra la corriente.
Su estrella no se detiene, viaja en el tiempo.
La memoria de la costa lentamente se ha ido, pero ha vuelto remando, devolviendo su cuerpo a la superficie, para luchar contra las injusticias, las mentiras y el olvido, que azotan el alma y el espíritu.
Y el vapor, el vapor de su respiración, alienta nuestros dias,
exuda sudor, lágrimas y porvenir.
Las olas del río suben y bajan, como acunando el recuerdo de su noble y solidaria alma, entre la espuma de las horas y las zarzas.
Evoco desde aquí al amigo desconocido que vino y se fue.
Pero yo sé que el vapor de su respiración no descansa, no está solo ni abandonado, y no detiene su marcha.
(Con todo respeto a la memoria de Santiago Maldonado, desaparecido durante un operativo de Gendarmería Nacional el 01 de agosto de 2017).