Yo no hallaré la paz
si quedo sin amigos.
Si la cárcel se puebla de hombres entrañables.
Si la flecha que envío no llega hasta la aurora.
Yo no hallaré la paz mientras existas pena.
Mientras el canto alegre no llegue por el aire.
(En mis manos se aquietan
Los sueños afiebrados de las tardes de otoño)
Yo no hallaré la paz, mientras estés ausente.
Y tus sueños no sean lo que mi alma pena.
Si tu amor no me invade
no me será la paz.