Que un Ministro de Trabajo insulte a su empleada doméstica (a la que tenía trabajando en negro) es igual a que un Ministro de Derechos Humanos defienda genocidas. Bueno, en el gobierno de Macri ocurren ambas cosas.
Que te mande a trabajar alguien que nunca necesitó hacerlo (Macri)
y que está lleno de cuentas offshores (conocidas y registradas a su nombre y al de sus familiares) hecho que es sinónimo de la bicicleta financiera a escala mundial, es otro colmo imposible de soslayar.